Torre de la Sal (Casares)
Situada sobre un promontorio de la costa de casareña, entre la desembocadura del río Manilva y del arroyo de la Jordana, se encuentra la conocida como Torre de la Sal o Torre del Salto de la Mora. Cuenta con dos alturas y tiene la peculiaridad de poseer una planta cuadrada. Esta característica, y el encontrarse prácticamente junto al agua, le confiere ese aspecto de pequeña fortaleza. Su cuerpo inferior es más amplio que el superior, probablemente como solución arquitectónica motivada por los empujes del edificio. Ambos cuerpos están cubiertos con bóvedas octogonales vaídas sobre trompas. Hoy en día no se conserva la puerta levadiza que daba entrada al monumento.
La torre fue ordenada construir por Carlos I a don Rodrigo Ponce de León, duque de Arcos y señor de Casares, en carta fechada el 4 de septiembre de 1528, en el lugar conocido como cala del Salto de la Mora, para la defensa de la costa contra las incursiones piráticas.
El duque hizo construir, además, una salina junto a la torre que, desde ese momento, pasa a denominarse Torre de la Sal. Con la venta de la sal el duque completaba el impuesto sobre el pescado, el Tigual, renta de origen musulmán que debían pagar los que lavaban, salaban y secaban el pescado en la playa de Manilva. La construcción de este torre, junto con el cercano ingenio para la fabricación de azúcar cercano a la torre de la Duquesa, mandada construir por los Reyes Católicos, contribuyó a la consolidación y conquista de esta frontera que era la vega de Manilva, e inició la repoblación de esta zona de la costa con la fundación de Manilva.
Playas de Casares
La franja litoral de Casares cuenta con dos kilómetros de costa entre los términos de Estepona y Manilva. Sus playas discurren desde la Piedra Paloma hasta el rio Manilva. La Torre de la Sal divide esta costa en dos tramos.
La playa de la Paloma se localiza hacia al este de esta torre, cruzando la desembocadura del arroyo de la Jordana, hasta llegar a la histórica Piedra Paloma, límite del término municipal.
Al oeste se sitúan la playa de la Sal y playa Chica, desde donde se puede disfrutar de las vistas de los acantilados y de este histórico y singular edificio defensivo.
Más allá, cruzando la desembocadura del arroyo la Parrilla, la Playa Ancha se va abriendo para terminar en la desembocadura del rio Manilva.