Centro Dolménico de Corominas (Estepona)
AAunque en esta comarca se han localizado los indicios de ocupación humana más antiguos de la provincia de Málaga, con más de 120.000 años (en el Canuto Chico de la Sierra de la Utrera, Casares), los yacimientos prehistóricos mejor representados entre Casares y Estepona son los correspondientes al Neolítico y, sobre todo, a las edades del Cobre y del Bronce. Se localizan en lugares con suelos más propicios para el cultivo del cereal, base de la actividad agrícola y ganadera, aunque estas sociedades también aprovechaban los recursos marinos.
El complejo dolménico de Corominas, de unos 5.000 años de antigüedad, puede considerarse la primera agrupación en necrópolis dolménica conocida de la Costa del Sol. Está formado por varias estructuras revestidas y cubiertas por losas de piedra (ortostatos) en cuyo interior aparecían osarios con restos correspondientes a varias decenas de individuos, acompañados de sus depósitos funerarios: vasijas de cerámica, puntas de flecha, hachas pulimentadas y adornos personales, correspondientes a miembros de comunidades tribales con 5.000 años de antigüedad. En momentos avanzados de la Edad del Cobre-inicios del Bronce, casi unos mil años más tarde, los sepulcros son reutilizados para depositar en su interior y entorno inmediato, dos enterramientos individuales. Uno de ellos contiene platos y cuencos de barro cocido de cuidada factura así como objetos metálicos, incluida una espiral de oro. El otro, dispone de un fragmento cerámico y un simple punzón de hueso. Se trata de tumbas que sirven de reflejo de una sociedad con manifiestas diferencias sociales, basadas previsiblemente en el género y en el prestigio alcanzado por algunos linajes.
Para evitar su destrucción, al verse afectados por las obras de la Autopista de Peaje de la Costa del Sol, los sepulcros megalíticos fueron desmontados y reubicados en el parque periurbano San Isidro Labrador (Los Pedregales), en Estepona, siendo reintegrados, tal cual estaban en origen, en un centro que informa de todos los detalles del descubrimiento, la investigación y la reconstrucción de las prácticas funerarias allí existentes.
Javier Martos Martín, José Suárez Padilla y José María Tomassetti Guerra (2018).
Caminando por la Historia de la provincia. Gran Senda de Málaga
(Diputación de Málaga, 2018. 576pp)